Cyborg significa un organismo cibernético, es decir una criatura que cuenta con dispositivos tecnológicos y con algunos elementos orgánicos, que no lo hacen totalmente máquina o robot pero tampoco humano. Este tema no es nuevo, ha habido numerosos intentos sobre visiones futuristas de la evolución humana y del futuro digital en la literatura con criaturas como Frankenstein de Mary Shelley, en los relatos de Yo Robot de Isaac Asimov, en el cine y la televisión con la película Inteligencia Artificial y en la caricatura del inspector Gadget, por mencionar algunos.
Es en la década de los 60 cuando se elabora dicho término para referirse a un ser humano mejorado, en una época del boom de la tecnología donde se visualizaba el año 2000 como el gran cambio tecnológico, en una época enmarcada en los enfrentamientos tecnológicos de Estados Unidos y su bloque capitalista y la Unión Soviética durante la Guerra Fría.
Esta definición ha ido más allá al plantear que no solo un robot de laboratorio con ciertos elementos orgánicos puede ser un Ciborg, también la gente que utiliza tecnología cibernética para reparar o para superar las discapacidades físicas o mentales de sus cuerpos. Así hablaríamos de gente con aparatos auditivos, manos biónicas, marcapasos, entre otros, ya que sin estos dispositivos no sería posible su existencia o porque están adquiriendo algún sentido a través del dispositivo.
Es así como la medicina moderna está llena de cyborgs, de acoplamientos entre seres humanos y máquinas, reduciendo la línea que nos separa uno de otros. Antes estábamos seguros de que las máquinas no poseían movimiento por sí mismas, no eran autónomas, ahora ya no estamos tan seguros, las máquinas del siglo XXI son tan ambiguas que después será difícil distinguir entre lo natural y lo artificial, entre el desarrollo personal y el desarrollo planeado y muchas otras distinciones que suelen aplicarse para ambos.
Hemos pasado de la ficción a la realidad social, traspasado la frontera entre lo humano y la tecnología, ya no estamos tan seguros que sea algo fantasioso, pueden convertirse en posibilidades peligrosas de personas que pretendan explotar como parte de un trabajo político, un sistema de control o bien su contraparte luchar por un mejor significado, por otras formas de poder en las sociedades tecnológicas donde esté presente la ética.
Si la inteligencia nos fue dada de forma natural mediante la evolución, ¿esta capacidad de generar ideas será posible en los cyborgs o seguirán concibiendo datos y registros? Lo que vayan a ser los cyborgs es una interrogación…
REFERENCIA
Fuente de la imagen: roboticastreet.com
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