
La tecnología al ser una construcción social donde interactúan factores culturales, económicos, políticos y tecnológicos, ha generado una revolución que introduce una nueva forma de ver la vida. Esta infraestructura tecnológica permitió que emergieran nuevas formas de producción, consumo y organización espacial y social que en conjunto conforman la sociedad donde las tecnologías de la información y la comunicación han tenido un impacto en la manera en que se genera y aplica el conocimiento, de tal manera que sustituyen los paradigmas existentes en ese momento.
Surge así el informacionalismo, si bien es cierto que la información y la difusión de ésta ha existido desde tiempos milenarios, lo que cambia es que éste ofrece una capacidad de procesamiento mayor de información en cuanto a volumen, velocidad y complejidad, capacidad de enlazar toda la información que existe, y flexibilidad en cuanto a tiempo y espacio ya que se puede disponer desde cualquier lugar de información siempre y cuando se cuente con la infraestructura tecnológica.
Lo nuevo es el impacto que tiene la información en la generación y aplicación del conocimiento, ya que ésta se constituye en sociedades red que se conforman en redes de información gracias a las tecnologías de la información y la comunicación. Así hablamos de las redes de la economía donde se compite de tal manera que aquellas formas de economía menos interconectadas y organizadas de distintos modo no tienen la capacidad de competir y desaparecen de ese mercado, generándose una brecha digital.
El mundo de la política también se incorporó a la sociedad de redes en su afán de imponer nuevos códigos culturales en un entramado de redes globales de capital, tecnología e información. Así todos los sectores de la sociedad han establecido una nueva forma de relacionarse a través de redes que surgieron de la revolución de las tics, de los procesos de reestructuración socioeconómica y de los movimientos libertarios.
Sin embargo esté proceso de integración no ha sido igual para todos, que solo da cabida a quienes cuentan con la infraestructura y las condiciones económicas para tener acceso a ella generando así una situación de desigualdad y dado que toda la comunicación, formas de relación y de producción se establecen de esta manera, estos grupos de personas cada vez son más marginados y excluidos.
Para que estas revoluciones en cuanto a tecnología sean benéficas deben crearse entornos que propicien la innovación y el cambio tecnológico en bienestar de la población, en el marco de una sociedad libre y democratizadora.
REFERENCIA
Castells. (2003). La interacció entre les tecnologies de la informació i la comunicació i la societat: un procés de canvi històric. Coneixement i Societat: Revista d’Universitats, Recerca i Societat de la Informació, 1: 8-21
Fuente imagen: e-derecho.cl
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